A muy grandes rasgos, la Filosofía Existencialista entiende que la existencia misma implica un proyecto a construir a partir del dar respuesta-responder- desde la libertad. A su vez, esta libertad se expresa desde nuestras decisiones y elecciones.
En estos días el escenario social, escenario en donde necesariamente nos expresamos, se ve atravesado por las elecciones en algunos distritos importantes del país- incluido la Capital Federal- y a diferencia de otros tiempos altamente despolitizados, la sociedad pareciera bastante involucrada al respecto.
Lo que resulta curioso o llamativo en un principio, es la falta de soporte argumentativo que se sostiene desde los que se proponen a gobernar. Se esquiva el debate y se vende una imagen de descontractura, familiaridad, cercanía y algunas otras falacias comunicativas más que vaya a saber uno quienes son los que se las mastican, pero que ya se las han digerido con algunos resultados puestos, está a la vista.
¿Que estamos eligiendo? ¿Nuestra libertad personal, nuestra identidad se juegan algo? ¿Que elegimos cuando optamos por tal o cual gobernante? A priori lo que se elige es el llevar adelante la organización social a partir de determinado ideario o propuestas de gestión que a su vez descansan o se sostienen en determinados valores. Y que en el mejor de los casos, se van a ver plasmados en políticas públicas. O sea que para analizar una gestión, uno convenientemente debiera analizar las políticas públicas llevadas adelante por tal o cual gobierno. ¿Que se eligió en Capital, las bicisendas, la creación de una nueva policía? ¿O quizás determinada posición oposicionista?
Ahora bien, la imprudente o inoportuna opinión de algún gran artista puso en el tapete lo que ya se venía olfateando hace rato. La posición antitética genera un abroquelamiento tal donde las categorías de pensamiento político parecen caducas para analizar las posiciones actuales. Eso logra la posición antitética. Eso de afirmarse como que no nos une el Amor, sino el espanto.
Hegel realiza un impresionante constructo teórico en su método dialéctico donde consta que para el desarrollo de un pensamiento superador, alguien tiene determinada afirmación, que luego pasa a ser negada y esta a su vez se niega otra vez. Kant recoge el guante propuesto x Hegel y dice que para un pensamiento o propuesta superadora debiera haber una tesis-afirmación-, una negación de esta- antítesis- para luego si dar paso a una síntesis-negación de la negación-. La síntesis sería entonces el pensamiento superador.
Interrogantes finales con pretensiones reflexivas: ¿que políticas públicas se quieren? ¿Que políticas públicas se realizaron o se proponen? Elegir desde lo antitético ¿no puede ser una elección "corta"?
Nosotros por nuestra parte seguimos eligiendo desde el deseo. Entonces, elegimos canción.
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